EL Juves se disputaba la final que enfrentaba al campeón de la Champions League como es el Bayern de Munich y el campeón de la Europa Legue que es el Sevilla, en el Puskas Arena de Budapest.
Los alemanes llegaban al partido como favoritos tras un gran debut ligero en el que marcaron 8 goles al Schalke, además del rendimiento de su nuevo fichaje estrella Leroy Sané. Flick mantiene la idea de juego ultra ofensivo además de la aliniación, una 4-5-1 con Neuer en portería, línea defensiva compuesta por Alaba, Sule, Pavard y Lucas Hernández, centro del campo para el doble pivote de moda, Goretzka y Kimmich, por delante Muller, Gnabry y Sané en los costados. Como referencia arriba Robert Lewandowski.
Por su parte el Sevilla sacó un once novedoso, el equipo de Nervión salió con una formación 4-3-3 formada por Bono bajo palos, línea de cuatro formada por Escudero, Navas, Diego Carlos y Koundé, por delante formando una línea de tres Rakitic, Fernando y Joan Jordán, y arriba los tres delanteros títulares, De Jong, Ocampos y Suso.
Arrancaba el partido en Budapest con un Bayern volcado al ataque al extremo, llevando la presión alta y situando los centrales a la altura del centro del campo, por su parte el Sevilla se mantenía firme y organizado atrás, además de intentar sacar el balón jugado con pases precisos y rápidos buscando las cosquillas al Bayern. El juego arriesgado del Bayern daba alas al Sevilla para que jugase en largo y rápido, atacando los huecos que dejaba la defensa bávara. Tan solo 10 minutos de juego el Sevilla lograba adelantarse en el marcador de penalti, en una gran jugada que inicia Navas con un centro que controla el delantero holandés, que posteriormente cede a Rakitic que sufre un leve empujón de Alba cometiendo penalti. La pena máxima la lanzaría Ocampos que cambia la trayectoria a Neuer, poniendo el 1-0 a favor del equipo sevillista.
Tras el gol el Sevilla mantuvo el ritmo de partido, presionando arriba al Bayern, al que le costaba sacar el balón jugado tras esta intensa presión. El equipo Sevillista sufría varios ataques del Bayern, pero todos frenados por la defensa que inmediatamente después jugaba rápido para aprovechar los huecos por esa defensa adelantada del equipo alemán. A pesar del resultado que daba la presión intensa, el Sevilla pudo aguantarla los 20 primeros minutos esa presión pero luego el equipo se vino abajo físicamente, esto dio lugar a los continuos ataques del Bayern, que lograría el empate en una gran jugada en la que tras un centro Lewandwski deja el balón franco a Goretzka, que remata a puerta con pierna derecha para batir a Bono y poner el empate en la final.
Toda la primera parte a partir del gol fue dominada por el Bayern, que vio como el gol le daba la motivación necesaria para tomar la iniciativa en el partido, a pesar de las llegadas la defensa sevillista no dejaba ni un solo hueco y con grandes ayudas entre la línea defensiva y todo el centro del campo y los extremos, que se reconvertían en interiores con labor defensiva, cuando atacaba el Bayern.
En la segunda parte el Sevilla salió más metido en el partido, logrando en varias fases el dominio de la pelota y algunas ocasiones peligrosas, sin embargo el Bayern comenzó la segunda parte un poco dormido, pero se fue animando a medida de que pasaran los minutos. Comenzaban a producirse cambios en cada equipo para ofrecer un poco más de frescura, sobre todo en el Sevilla que en su primer partido de la temporada estaba afrontando un reto de altura. A partir del minuto 80 el Sevilla se encontró muy cansado al igual que su rival, provocando que se crearan más huecos que pudo aprovechar En-Nesyri pero falló. Esto no llevó a una prorroga merecida, por el esfuerzo del Sevilla en defensa y la incesante esfuerzo del Bayern por llegar a la portería rival.
La prorroga se planteba difícil para el Sevilla, que disponía únicamente de un cambio y todos sus jugadores no podían más. Finalmente el Bayern introduciría dos cambio, primero a Davies por Lucas y luego introdujeron a Javi Martínez por Goretzka. Los cambios no tardaron en funcionar, ya que en el minuto 104 de partido Javi Martínez daba el gol de la victoria al Bayern tras un rechace de Bono, que aprovechó el centrocampista español para dar de nuevo una Supercopa de Europa al Bayern de Munich.
El Sevilla aguantó de forma heroica las continuas embestidas del Bayern, logrando poner en dificultades al Bayern que sigue siendo humano. Un trabajo excepcional del conjunto dirigido por Julen Lopetegui que ha logrado ser un equipo unido y organizado, mostrando a todo el mundo que se puede enfrentar a cualquier equipo del mundo.
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