En el partido correspondiente a la jornada 6 de la Liga Santander, el Celta de Vigo y el Atlético de Madrid se enfrentaban en Balaidos por los tres puntos, pero con intenciones diferentes. El Celta buscaba separarse de las posiciones de descenso, mientras que el Atlético quería reengancharse a las primeras posiciones de la Liga a falta de un partido por disputar.
El Cholo sacaba un once novedoso con grandes incorporaciones al once, tras haberse disputado unas jornadas de selecciones la semana pasada, lo cual pasa factura a varios internacionales del cuadro rojiblanco. El Atlético salía con: Oblak bajo palos, defensa de cuatro para Manu Sánchez, canterano que disputaba sus primeros minutos en liga, acompañado por Hermoso, Savic y Trippier; la línea del centro del campo compuesta por Torreira, el recién incorporado, procedente del Arsenal, que se situaba junto a Koke en la medular, junto a ellos en las bandas Lemar y Correa; arriba la dupla más temida de la Liga Santander formada por Luís Súarez y Diego Costa.
Por parte del conjunto gallego, los celtiñas tenían que reforzar el equipo con canteranos de la plantilla a falta de incorporaciones y bajas por lesión. El Celta salía con Iván Villar en portería, línea defensiva de cinco jugadores compuesta por Murillo, Araujo, Olaza, Fontás y el canterano Sergio Carreira; la línea del centro del campo estaba compuesta por el internacional Sub-21 Fran Beltrán, Renato Tapia y en los costados Santi Mina y Nolito; para cerrar el equipo en la delantera "el rey de las bateas", Iago Aspas.
El partido empezaba con unos grandes minutos del Atlético de Madrid, un equipo renovado con la misma filosofía pero con otra manera de jugar, manejando el balón moviéndolo muy inteligentemente, encontrando huecos en la defensa del Celta. Esta superioridad llevó al club rojiblanco a adelantarse en el marcador a los cinco minutos de juego, una jugada iniciada por Koke desplazando a Diego Costa, que forma una sociedad con Manu Sánchez para dejar un balón franco a Luís Suárez, ante la portería el pistolero no falla y pone el 1-0 en el marcador. El gol afectó más al Atlético que al Celta, ya que el equipo madrileño perdió la posesión y el dominio de partido a manos de los gallegos.
El Celta lograba dominar el partido con grandes llegadas por las bandas, a través de balones filtrados a los delanteros y sobre todo a balón parado. El equipo local llegaba con peligro logrando hasta golpear en el palo del marco defendido por Oblak, un golpeo de Carreira que llegaba hasta el área y sin pensarlo dispara golpeando al poste, esa acción no fue la única ya que el Celta conseguiría comprometer en algunas llegadas al portero esloveno. El Celta llegaba y el Atlético no lograba encontrar a los delanteros, ni tampoco su juego de toque.
Nos íbamos al final de la primera parte con un 1-0 a favor del Atlético de Madrid, que sin jugar demasiado bien lograba imponerse en los primeros 45 minutos al Celta, que llegaba con más peligro y contundencia que el equipo madrileño.
El inicio de la segunda mitad se vio marcada por el dominio del Celta, el equipo seguía buscando el empate, frente un Atlético con problemas en la banda izquierda con una falta de coordinación defensiva entre Lemar y Manu Sánchez. A pesar de los continuos intentos del Celta, el equipo gallego se estrellaba en la defensa o con Oblak. El Cholo reaccionó justo cuando se lesiona Diego Costa e introduce a Joao Félix, Marcos Llorente y Carrasco poco después, esto dio un impulso en el juego del club rojiblanco, que a pesar de estar en inferioridad por los problemas de Torreira, que se volvería a incorpora, lograría un segundo gol. Joao Félicx partiendo desde la banda derecha, recorta hacia el punto de penalti donde lanza un tremendo latigazo que impacta en el larguero, este rebote llega hasta la cabeza de Carrasco, que no perdona y logra marcar en su partido número 100 en La Liga para el jugador belga.
El Atlético de Madrid logra su segunda victoria de la temporada, además de ser el único equipo de la Liga, que no ha perdido ningún partido, mientras que el Celta lleva tres partidos siendo derrotados, además de cuatro partidos sin conocer la victoria.
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